Integrantes: Karenx, Daengi, Belkyra, Kireg, Dhar y Keiran.
Nuestros héroes siguen el camino hacia la capital de Ilmora, donde esperan encontrar más información sobre cómo derrotar al Filisnogos. Por el camino llegan a la ciudad de Kathes. Al llegar, el Jayán escucha una voz que le avisa de que la ciudad es peligrosa, por lo que decide obligar a sus amigos a hacer guardia en la habitación de la posada que ocupan. El posadero ha pedido disculpas, ya que únicamente le quedaba una habitación libre que deben compartir entre todos.
Por la mañana, Belkyra ve en la pared un mensaje de sangre que le avisa de que a veces vale la pena repetir el trabajo de otros para llegar a la verdad. Acto seguido, se oye un grito de terror en el pasillo. Cuando el jayán vuelve a mirar, no hay nada en la pared.
La forastera que ocupaba la habitación contigua a la del grupo ha sido hallada muerta por la posadera. Cuando Kireg se interesa por lo acontecido, el médico les dice que ha muerto de un infarto y que se va a oficiar la ceremonia al atardecer. Luego, dado que no tienen forma de saber cuáles eran sus parientes, van a enterrarla en una fosa común.
Alarmados por Belkyra, que les habla del mensaje que ha visto, se dirigen a la Iglesia para echarle un vistazo al cadáver. Es entonces cuando se dan cuenta de que está maquillado y de que tiene una incisión en el cuello, como la de un solo colmillo de vampiro. Tras hablar con el médico sin obtener más que hostilidad por su parte, se infiltran por la noche en el cementerio, desentierran el cadáver y le practican una autopsia improvisada, descubriendo que el cadáver ha sido completamente desangrado y la incisión se hizo antemortem.
Cuando llega la segunda noche y nuestros aventureros entran a su habitación, reparan en que hay una nota en el suelo. Un anónimo les recomienda revisar el registro de defunciones que tiene el capellán en su casa, así que Kireg se infiltra en ella y descubre un extraño incremento de muertes por infarto entre gentes de cualquier edad pero en su mayoría extranjeros. El grupo se separa para encontrar la residencia del médico. Al grupo de Kireg les para un carro, invitándoles a entrar. Allí conocen al anónimo que les escribió la nota, que les advierte del peligro del pueblo y de que todo el pueblo está involucrado en las extrañas muertes. Pese a que les explica todo lo que puede, al final les dice que no puede continuar o su vida estará en peligro y les invita a bajar del carromato.
A la mañana siguiente, aparecen dos cadáveres más: el de la posadera, que se clava un cuchillo en la garganta tras gritar que no podía soportarlo más, y el del anónimo, que aparece con la cabeza completamente aplastada. Es mientras examinan ambos cadáveres cuando el Jayán recibe otro mensaje: los números de poder son importantes. Sintiendo una terrible hostilidad por parte de todo el pueblo, deciden seguir investigando y desvelar qué es lo que está ocurriendo.
En la casa del médico, Kireg encuentra el instrumento con el que presuntamente las víctimas han sido desangradas y, en la casa del informante, descubren que él también se había dado cuenta de cuán sospechosas eran esas muertes.
Mientras regresan a la posada, una prostituta llama la atención del grupo, en especial de Keiran, y les invita a hablar en algún lugar más alejado. La mujer les dice que teme por su vida, ya que las prostitutas son de las primeras en morir cuando algo empieza a ponerse mal, y les dice que espera poder ayudarlos y evitar, así su muerte. Los seis hombres más influyentes de la ciudad actúan raro desde hace unos meses, coincidiendo con la llegada de un forastero, el Sr. Ferguson, de aspecto de marinero y con la piel cetrina, que la mujer no ha vuelto a ver. Ella cree que aquel hombre puede estar controlándolos y que, en todo caso, ellos son los asesinos. Éstos son: el alcalde, el médico, el cura, el jefe de seguridad, el profesor y el enterrador.
Pero horas más tarde, descubren que la prostituta ha muerto y con su sangre está escrito en la pared: "vais a morir".
Tras hacer inventario de todo lo que saben, deciden que lo más seguro es que los seis hombres se reúnan a las afueras de la ciudad, en el castillo que se ve en el horizonte. Deciden empezar a ir hacia allí y entrar la noche siguiente. Entonces, el jayán recibe el mensaje más siniestro de cuantos había recibido: el mago está sentenciado y será salvador y mártir a partir de ahora.
Cuando a la noche siguiente llegan al castillo, sólo encuentran una puerta cerrada y un pivote con inscripciones. Nuevamente, un fantasma le susurra a Belkyra que sólo la magia podrá abrir la puerta. Cuando lo comenta con sus compañeros, el mago decide encarar el reto y, al contactar con él, aparece en su brazo un extraño tatuaje tras un profundo dolor que rápidamente identifica con una maldición, aunque es incapaz de reconocerla.
Dentro del castillo les espera el Sr. Ferguson y sus seis secuaces en medio de un enorme sello en el suelo. Para dotar al ritual de mayor poder, el Sr. Ferguson mata a los seis, elevando el número de sacrificios a 21, y liberando a un archiduque infernal, que se marcha en cuanto el marinero le dice que ya sabe adónde debe ir. Acto seguido, sonriendo, llama la atención de nuestros héroes y les insta a luchar a muerte.
No sin penurias, el mago consigue inmovilizar las piernas de Ferguson quién, cuando se ve seriamente debilitado, endurece su piel hasta el punto de que las espadas de Karenx y Kireg se rompen y las armas de Bel y Dhar quedan seriamente dañadas. No obstante, finalmente, consiguen derrotarlo.
En ese preciso momento, Deangi pierde el conocimiento y en su mente se dibuja uno de los fragmentos del círculo del Filisnogos. Pero cuando se despierta, descubre la naturaleza de la maldición: a cambio de esa información, su cuerpo ha pagado un alto precio, padeciendo un dolor generalizado que parece permanente y que merma todas sus capacidades.
Experiencia ganada: 25 px's
Karenx y Kireg: Espadas Rotas
Bel y Dhar: Espadas melladas (Bel -25% al daño; Dhar -50% al daño)
Deangi: Dolor permanente (-20 a todas las tiradas)