miércoles, 2 de octubre de 2013

PREVIO - La Reapertura de la Mansión Ferris

Integrantes de la historia: Karenx, Belkyra, Daengi y Kireg.

Hace sólo unos años, la apartada aldea de Desmont comenzó a prosperar cuando el rico y excéntrico mercader Dylan Ferris decidió construir a pocos kilómetros de ella una inmensa mansión en la que invirtió exorbitantes cantidades de dinero. Casi todo el pueblo empezó a trabajar para Ferris y, gracias a la riqueza que se llegó a amasar, nadie hizo preguntas sobre el porqué de la mansión ni sobre el origen de tanto dinero. Un buen día aparecieron Dylan y su gente muertos; había una gran cantidad de sangre y el paisaje era aberrante. Las autoridades informaron a todos que los Tuan Dalyr habían sido los causantes de la masacre.

Algunos meses después de los trágicos sucesos que acontecieron en Desmont, Nuala Ferris, hermana del fallecido Dylan Ferris ha decidido reabrir la mansión. Nuala, que desconoce qué causó exactamente el accidente, imagina que la mansión puede ser aún peligrosa y quiere contratar a un grupo de personas para que se aseguren de que todo está en orden.

Obviamente, el grupo contratado fueron Karenx, Belkyra, Daengi y Kireg. Tras hablar con Nuala para hacerse con la misión e intentar recabar toda la información posible, se dirigieron a la mansión.

La Mansión Ferris se hallaba en una situación deplorable: la verja estaba oxidada y la puerta, semiabierta y doblada; el jardín ya no recordaba a un jardín y la maleza lo cubría todo; el camino que llevaba a la casa casi no se adivina. El edificio es enorme y de estilo victoriano; las paredes, blancas en su inicio, estaban salpicadas de moho, suciedad y hiedra.

En la casa no había iluminación. Cuando entraron al hall, no obstante, la puerta se cerró sola y comprobaron que no podían salir: todas las puertas y ventanas estaban bloqueadas por un halo mágico. Con la puerta cerrada, se encendieron mágicamente unas antorchas de un fuego azulado que no quemaba. Ninguna de las puertas estaba abierta, pero en el centro de la estancia flotaba una especie de cristal decaédrico de un metro de alto de color verde. Gracias a su conocimiento mágico, Daengi pudo deducir que se trataba de un nodo mágico.

Destruyeron dicho nodo con energía mágica y pudieron descubrir que, a medida que destruían nodos, la barrera mágica se debilitaba. Gracias a su investigación, encontraron 3 tipos de nodos:  los verdes, que sólo eran vulnerables a los ataques mágicos; lo rojos, sólo vulnerables a los ataques físicos; y los azules, semillas de monstruos que eclosionaban con el primer golpe.

A medida que se adentraban en  la mansión, descubrieron, gracias a diversos documentos privados y a los seres con los que pudieron hablar, que la mansión era algo más que una casa lujosa: se trataba de un lugar macabro donde se habían hecho experimentos con Tuan Dalyrs. De hecho, el último nodo era uno de los experimentos con Tuan Dalyr, lo que pretendía ser el arma definitiva.



Con la muerte del arma definitiva, la barrera mágica cayó. Entonces, Nuala apareció junto con unos guardas que les dieron el dinero y los echaron de allí. No obstante, hubo un dibujo grabado en las ropas de aquellos hombres que no olvidarían:



Experiencia Ganada: 30 px's

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